Las inflitraciones epidurales se pueden utilizar en casos de hernia discal, estenosis de canal, radiculopatía cervical, lumbalgia…
Existen distintos tipos de infiltraciones epidurales, dependiendo de la zona a tratar:
– Interlaminal. La medicación se administra entre las láminas de dos vértebras adyacentes. Durante el proceso, el paciente debe estar tumbado boca abajo o de lado.
– Caudal. La infiltración se realiza en la parte más baja de la columna vertebral. En este caso, el paciente deberá estar tumbado boca abajo.
– Transforaminal. El medicamento se administra en el espacio epidural cerca de la raíz nerviosa comprimida. Se utiliza una técnica que permite que el medicamento se dirija específicamente al área donde el nervio está siendo comprimido.
Es importante que estos procesos se lleven a cabo en quirófanos adecuados y con personal experimentado, para minimizar riesgos y mejorar la eficacia.
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