Las infiltraciones epidurales son un procedimiento utilizado en neurocirugía para el tratamiento del dolor crónico asociado a problemas en la columna vertebral, como hernias discales, estenosis espinal, radiculopatía cervical, lumbalgia y otras afecciones de los nervios. Estas infiltraciones consisten en la administración de medicación en el espacio epidural, que es la zona alrededor de la médula espinal y las raíces nerviosas.
Existen distintos tipos de infiltraciones epidurales, dependiendo de la zona a tratar:
– Interlaminal. La medicación se administra entre las láminas de dos vértebras adyacentes. Durante el proceso, el paciente debe estar tumbado boca abajo o de lado.
– Caudal. La infiltración se realiza en la parte más baja de la columna vertebral. En este caso, el paciente deberá estar tumbado boca abajo.
– Transforaminal. El medicamento se administra en el espacio epidural cerca de la raíz nerviosa comprimida. Se utiliza una técnica que permite que el medicamento se dirija específicamente al área donde el nervio está siendo comprimido.
Es importante que estos procesos se lleven a cabo en quirófanos adecuados y con personal experimentado, para minimizar riesgos y mejorar la eficacia.
Recuperación y Seguimiento
Después de una infiltración epidural, es común que el paciente experimente alivio del dolor durante varias semanas, aunque la duración varía según cada caso. En algunos casos, pueden ser necesarias varias infiltraciones para un alivio sostenido.
En Grupo Llinàs, somos especialistas en el tratamiento del dolor mediante técnicas avanzadas, como las infiltraciones epidurales, para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes sin la necesidad de cirugía. Si sufres de dolor crónico relacionado con problemas de columna, contáctanos para una evaluación personalizada y encuentra la solución más adecuada para ti.